Los mejores quesos de tetilla DOP

El queso de tetilla es el queso gallego más conocido fuera de Galicia. Su característica forma cónica cóncava-convexa, o lo que es lo mismo, «de tetilla», lo hace perfectamente reconocible para todo el mundo. Su pasta es blanda pero compacta, cremosa y uniforme y de un color blanco marfil. Su corteza, de color amarillo, es fina y elástica.

Originalmente, este queso se elaboraba a mano. Actualmente se elabora tanto en queserías artesanales como de manera industrial, con leche pasteurizada. La producción se realiza en todo el territorio gallego.

La leche con la que se elabora es de vaca, de las razas Frisona, Rubia gallega, Pardo Alpina y sus cruces. El queso pasa por un proceso de maduración de al menos 8 días. El peso del producto final oscila entre medio kilo y el kilo y medio. El queso de tetilla tiene un aroma suave un sabor láctico, ligeramente salado y ácido y una textura mantecosa.

Para distinguir la denominación de origen protegida, habrá que buscar la etiqueta del consejo regulador.

Queso de tetilla: cómo se come

Dada su peculiar forma, si es la primera vez que vas a comprar este queso, es posible que te estés preguntando cómo se come. Para cortarlo es importante hacerlo con un cuchillo de filo liso y ancho. La forma ideal es que primero calientes la hoja del cuchillo sumergiéndola en agua caliente y a continuación, lo seques con un paño. De esta forma, obtendrás un corte más limpio.

Empieza cortando el queso por la mitad. Después, corta cada mitad en cuñas de un dedo de grosor. Pueden salirte un mínimo de 12 cuñas.

Hay personas que se preguntan si se come la corteza del queso de tetilla. La respuesta es no, a cada cuña que obtengamos se le quita la corteza y a continuación, se corta en triángulos. Salen unos 6 triángulos por cuña, los cuales, debido a la mantecosidad de su pasta, deben presentarse en un bandeja sin apilarse unos sobre otros.

Para degustar el queso de tetilla con todo su aroma y con la textura adecuada, es recomendable sacarlo del frigorífico una hora antes de su consumo.

Si bien el queso de tetilla, como cualquier otro de nuestro país, es un postre o merienda delicioso, acompañado de pan, fruta, nueces o miel, también puede ser un ingrediente clave en la cocina. Hay que tener en cuenta que este queso funde muy bien, lo que facilita su uso en rellenos, gratinados y tartas. Lo cierto es que con él se preparan muchos aperitivos salados y dulces. ¿Te animas a probarlo en tus preparaciones?